Otra cerveza por favor, antes de despegar...

George La Perle es un piloto con más de 20 años de experiencia. Pero el pasado 1 de noviembre su carrera llegó a su fin. El avión que debía volar, un Boeing 767, con 241 pasajeros a bordo, nunca habría llegado a destino si finalmente hubiese despegado de Londres.

The Daily Telegraph narra la historia de La Perle, el piloto de Delta Air Lines, quien aseguró que "sólo había bebido unas cervezas el día anterior". Pero el análisis arrojó un resultado cuatro veces superior a la tasa de alcohol en sangre permitida para los pilotos. Ebrio, se mostró convencido de que ruta debía finalizar en Nueva York en lugar de Londres.

La regulación aérea marca un límite máximo de 20 miligramos de alcohol por cada 100 mililitros de sangre, y La Perle arrojó en aquel momento un resultado positivo por 89 miligramos.

La fiscalía argumentó en el juicio que el estado del piloto habría resultado "extremadamente peligroso y de consecuencias desastrosas", si no se lo hubiera detenido antes de despegar.

En la sentencia condenatoria, el juez Phillip Mathews dictaminó que "las consecuencias para los pasajeros del avión, si La Perle hubiera piloteado aquella jornada, lo que era muy probable, dado que ése era su trabajo en la compañía, hubieran resultado potencialmente catastróficas".