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NOTICIA: Señalan error humano en choque de avión Taca


El accidente del Airbus 320 del vuelo 390 de Taca, el 30 de mayo pasado, en el aeropuerto Toncontín, de Tegucigalpa, Honduras, obedeció a un error humano, según un informe difundido ayer a partir de las grabaciones de la “caja negra” del aparato.

El informe, elaborado por la Agencia Internacional para la Investigación de Accidentes Aéreos (NTSB, por sus siglas en inglés) señala que el error fue del piloto César D'antony, quien falleció en el hecho junto al presidente del Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE), Harry Brautigam, una mujer brasileña y dos hondureños.

La transcripción de la "caja negra" del avión “es clara, el error fue humano”, explicó ayer a periodistas el capitán de aviación Jesús Aguirre, hondureño, quien indicó que el día del accidente las condiciones de tiempo no eran favorables, lo que también destaca el informe.

Aguirre, con más de 25 años de experiencia y 20.160 horas de vuelo en aviones Boeing 737-200 y 737-400, entre otros aparatos, concluye en que el accidente del Airbus 320 de Taca fue por un error humano. Según la transcripción de la comunicación entre el piloto del Airbus 320 y la torre de control, hubo un momento en el que el capitán D'antony pensó en preguntar a operaciones de Taca en El Salvador qué hacer ante lo que estaba ocurriendo.

La torre de control instruyó a D'antony para que aterrizara por la pista 20, de norte a sur, porque había "visibilidad reducida a dos kilómetros", lo mismo que nubes a muy baja altura, menos de 300 metros. Pero el piloto, que intentó aterrizar en dos ocasiones, decidió hacerlo por la pista 02, de sur a norte, según la grabación, en la que además se escucha un lenguaje soez contra el personal de la torre de control.

El piloto también se dirigió a los 124 pasajeros que venían en el avión "nada más para informarles que hemos efectuado una maniobra de aproximación frustrada debido a nubes bajas acá en Tegucigalpa". En la emergencia que vivieron los pilotos, también hablaron de la posibilidad de aterrizar en San Pedro Sula, norte de Honduras, donde el aeropuerto está en un valle y su pista tiene casi el doble que la del Toncontín, que mide 1 mil 800 metros.

En Honduras, Taca admitió que el accidente se debió a un error del piloto de la nave. “Los pilotos son seres humanos como nosotros... y los comentarios entre los pilotos se dieron en la cabina del avión de manera natural”, dijo a la cadena local de radio HRN el gerente general en Honduras de Taca, Armando Fúnez. Reconoció como verdadero un informe publicado por la prensa local sobre el contenido de la "caja negra" del fatídico vuelo 390 de Taca, que destaca la conversación entre D'Antonio y la torre de control de Toncontín.

Aviación Civil salvadoreña no avala tesis error humano. El director de la Autoridad de Aviación Civil de El Salvador, René Rodríguez, no avaló la tesis de que el accidente del vuelo Taca 390 de El Salvador a Tegucigalpa haya sido provocado por un error del piloto. “No hay ningún resultado de ningún análisis, cualquier resultado que se publique no es un informe final”, afirmó ayer.

Rodríguez no descartó el error humano en el accidente, pero aseguró que aún no se puede tener una conclusión. Ningún representante de la aerolínea, afirmó, está autorizado para dar una versión oficial. “Hay una comisión internacional que está revisando el caso y no hay una conclusión”, afirmó.

Según la agencia Efe, poco antes de estrellarse, D'Antonio, que murió ese día, intentó comunicarse con la torre de control de El Salvador para pedir permiso con el fin de desviarse a San Pedro Sula, a unos 180 kilómetros al norte de Tegucigalpa, o regresar a su país. En la plática, los controladores aéreos dijeron al piloto que había una visibilidad de dos kilómetros, cuando la requerida es de cinco en la terminal aérea, y que la pista estaba húmeda y los cielos de la capital nubosos.

La torre lo autorizó a aterrizar por el sur de la pista. Con 124 pasajeros y seis tripulantes, el Airbus A320 se salió de la pista, derrumbó árboles a su paso, rompió una cerca de alambre de acero, se deslizó por una hondonada de 20 metros al norte de Toncontín y quedó en la ladera de una colina. Fue retirado 12 días después.