NOTICIA: Lo que nos dejo el TA390
La inquietud artística siempre había sido parte de la vida de Agustín Lagos. De manera autodidacta logró aprender la técnica del dibujo y dominar el carboncillo, pero esto era solo un pasatiempo hasta antes del accidente aéreo del vuelo 390 de TACA. Su actividad principal la realizaba como miembro de los equipos de bodega del internacional aeropuerto Toncontín, pero desde la mañana del 30 de mayo, cuando el Airbus-320 de TACA se salía de la pista, nada seria igual. Casi inmediatamente se anunciaba el cierre de las instalaciones, y días después su centro de trabajo era clausurado. Carboncillo Las bodegas se cerraban, los despidos no se hicieron esperar, las grandes aerolíneas interrumpían sus operaciones y el panorama para muchos se veía nublado. Lagos, que había logrado vender algunos cuadros el año pasado, decidió que era el momento de retomar el lápiz y el lienzo como una nueva posibilidad para él y su familia.
La sala de su casa se convirtió en un improvisado estudio, los materiales los compró por su cuenta, las obras empezaron a aparecer y gracias a los contactos que pudo hacer también empezaron a llegar los encargos y los compradores. De un día para otro quedaban atrás las horas de trabajo en la bodega del internacional aeropuerto e iniciaba una vida que gira alrededor de la luz y la sombra, de la técnica y el estilo del carboncillo.
"Aprovecho las noches para dibujar y cuando no están los niños. En mi familia he recibido un gran apoyo para lanzarme en esta nueva profesión", apuntó. "La verdad, el dibujo lo hacía en mis ratos libres, pero nunca me imaginé que a esto me iba a dedicar, por suerte no me está yendo mal, pero me gustaría dar a conocer mi trabajo", agregó.
Retrato
"Todo inició con el retrato de mi hijo, siempre me había gustado el dibujo y había practicado un poco, lo trabajé con dedicación y cuando lo terminé a quienes lo observaban les gustó mucho; desde el cierre de las bodegas me he dedicado a tiempo completo y ya he logrado vender varios encargos, sobre todo de personas extranjeras", manifestó a EL HERALDO este artista que de a poco se está dando a conocer.
La técnica de Lagos es muy desarrollada. Su logro es excepcional pues nunca ha recibido formación artística. Este hondureño decidió dedicarse a la práctica del dibujo debido a hechos que están ligados a catástrofes, a decisiones políticas y a medidas empresariales. De esto salió una nueva cara del arte hondureño. Para muchos de los ex compañeros de Lagos, y otros que también trabajaban en las instalaciones, la realidad ha sido muy diferente, las opciones no han surgido de manera tan fortuita. Esos rostros no están plasmados en los retratos del artista, esas caras simplemente se van borrando de a poco. El accidente aéreo que aún está fresco en la mente de los hondureños y la determinación del presidente Manuel Zelaya de mantener operando a medias el aeropuerto Toncontín cambiaron la vida de muchos.
La sala de su casa se convirtió en un improvisado estudio, los materiales los compró por su cuenta, las obras empezaron a aparecer y gracias a los contactos que pudo hacer también empezaron a llegar los encargos y los compradores. De un día para otro quedaban atrás las horas de trabajo en la bodega del internacional aeropuerto e iniciaba una vida que gira alrededor de la luz y la sombra, de la técnica y el estilo del carboncillo.
"Aprovecho las noches para dibujar y cuando no están los niños. En mi familia he recibido un gran apoyo para lanzarme en esta nueva profesión", apuntó. "La verdad, el dibujo lo hacía en mis ratos libres, pero nunca me imaginé que a esto me iba a dedicar, por suerte no me está yendo mal, pero me gustaría dar a conocer mi trabajo", agregó.
Retrato
"Todo inició con el retrato de mi hijo, siempre me había gustado el dibujo y había practicado un poco, lo trabajé con dedicación y cuando lo terminé a quienes lo observaban les gustó mucho; desde el cierre de las bodegas me he dedicado a tiempo completo y ya he logrado vender varios encargos, sobre todo de personas extranjeras", manifestó a EL HERALDO este artista que de a poco se está dando a conocer.
La técnica de Lagos es muy desarrollada. Su logro es excepcional pues nunca ha recibido formación artística. Este hondureño decidió dedicarse a la práctica del dibujo debido a hechos que están ligados a catástrofes, a decisiones políticas y a medidas empresariales. De esto salió una nueva cara del arte hondureño. Para muchos de los ex compañeros de Lagos, y otros que también trabajaban en las instalaciones, la realidad ha sido muy diferente, las opciones no han surgido de manera tan fortuita. Esos rostros no están plasmados en los retratos del artista, esas caras simplemente se van borrando de a poco. El accidente aéreo que aún está fresco en la mente de los hondureños y la determinación del presidente Manuel Zelaya de mantener operando a medias el aeropuerto Toncontín cambiaron la vida de muchos.