NOTICIA: Trasladan a copiloto de Airbus a Miami
El copiloto salvadoreño lesionado el pasado viernes en el accidente del vuelo 390 de TACA, en un avión Airbus 320, Juan Artero, fue trasladado ayer por la tarde del hospital Medical Center de Honduras, hacia a Miami (Estados Unidos), confirmó la vocera oficial de la empresa.
Claudia Arenas, coordinadora de relaciones públicas, externó que Artero fue trasladado vía aérea por voluntad de su familia, para que recibir atención médica en esa ciudad.
La vocera explicó que Artero había empezado a mostrar signos de mejoría en su salud. Hasta el sábado, fuentes hospitalarias manejaban que Artero podría perder una pierna debido a las lesiones experimentadas en el impacto del Airbus, el pasado viernes en la mañana, en la calle el Pedregal y bulevar del Sur, en Tegucigalpa (Honduras).
El presidente de la aerolínea había dicho el sábado, en Tegucigalpa “que hacían todo lo posible por salvar su pierna”. Además, la vocera confirmó que hasta ayer por la tarde, el número de lesionados hospitalizados se mantenía en 42 pasajeros, y tres tripulantes —incluyendo a Artero.
Desde el sábado, casi todos los pasajeros que necesitaron atención médica, producto de la caída del avión sobre la carretera, fueron trasladados al hospital privado Medical Center. Empero, aún quedaban cinco personas, por la mañana, ingresados en el Hospital Militar, algunos de los cuales han iniciado una lenta recuperación.
“No me imaginaba” Uno de los tres salvadoreños que viajaban en el vuelo 390 el viernes en la mañana, Wilmer Cañas, permanecía ayer aún ingresado en la unidad de cuidados intensivos (uci), del Hospital Militar.
Su esposa, Martha de Cañas, detallaba ayer que no se imaginaba “la magnitud de lo grave” de la situación de su cónyuge. De Cañas explicó que desde el viernes por la noche se trasladó a Tegucigalpa, y que a su esposo aún le restan dos cirugías por una fractura de pelvis sufrida en el accidente.
Ya pasó por una. La familiar de la víctima no tuvo que esperar a ser notificada oficialmente por TACA para conocer del accidente: dos llamadas realizadas vía celular por Wilmer —quien viaja habitualmente debido a su trabajo en mercadeo— la puso al corriente del hecho. En la habitación numero 4 del nosocomio también está internada Rubenia Bonilla, quien sufrió una fractura en el brazo, y una lesión en el cuero cabelludo. “Yo me empecé a angustiar cuando el piloto (Cesare d’Antonio, fallecido) dijo que había problemas para aterrizar”, manifestó.
Según Bonilla, luego de dar numerosas vueltas el avión inició su aterrizaje, el cual se efectuó aproximadamente a las 9 de la mañana. “Yo veía la pista por la ventana”, detalló, y agregó: “Pero después ya no vi, y (escuché) un gran estruendo”. La víctima —quien viajaba en el asiento 18 A— relata que se había apresurado a tratar de recoger su cartera del suelo, y ponérsela en el cuello. “Para que me pudieran identificar (en caso de fallecer), ni siquiera lo pensé, solo lo hice.”
Según una vocera del centro médico, aún quedaban como internos los hondureños José Ramón Irías (con una luxofractura del hombro); Fabricio Rolando Matute, quien sufrió un ataque cardíaco y también está internado en la uci; y el general Daniel López Carballo, quien sufrió una fractura de pierna.
Arenas explicó ayer que todavía existían algunas personas en estado delicado. Sin embargo, no confirmó si la jefa de vuelo y una sobrecargo estaban entre ellas. Detalló que las dos miembros de la tripulación que aún están internas en el hospital están “estables y conscientes”.
Arenas detalló, además, que hasta la tarde de ayer 12 familiares de pacientes no hondureños se encontraban hospedados en el Hotel Intercontinental, donde se ha centralizado la atención para parientes y afectados.
Ayer mismo, en el transcurso de la mañana y el medio día, se llevaron a cabo los sepelios de Gustavo Tróchez y Josué Aguilar, quienes quedaron atrapados al interior de un pick up particular, bajo la aeronave. Tróchez fue inhumado en el cementerio Jardín de Paz, de Gayosso, a las 2 de la tarde.
En el lugar del impacto, el Airbus ha empezado a deteriorarse. Numeroso personal policial, Fiscalía y de otras autoridades, como Cuerpo de Bomberos, han permanecido en relevo constante.
Luis Borjas, de 75 años, y habitante de la humilde casa que quedó a escasos dos metros de la cabina durante el choque comentó: “Eso fue horrible (el choque)”. Borjas, quien tiene siete años de vivir en el lugar, no pudo levantarse cuando vio el avión sobre él. “Me llenó todo de tierra y los árboles se movían”.
Pese a que dijo no haber sufrido ningún tipo de problema producto del choque, agregó: “Ya no vendo nada, estos días no he vendido”. Claudia Arenas admitió que “existe una diferencia” entre el equipaje de mano recuperado y lo declarado por los pasajeros. El faltante, que explicó no tener al detalle, incluye bolsas pequeñas y computadoras portátiles. Aproximadamente la mitad del equipaje pesado —65 maletas— podrían ser retiradas durante la noche.