NOTICIA: Iberia esquiva a British y se alía con American Airlines

Cada día es más evidente que los accionistas españoles presentes en el núcleo duro de Iberia están promoviendo un plan alternativo en el proceso de venta de la aerolínea, para obligar al único consorcio que oficialmente presentó sus cartas a enfrascarse en una implacable contienda mercantil y financiera. No se sabe si en nombre de los accionistas nacionales (Caja Madrid, BBVA, Logista y Corte Inglés) o en el de la dirección de Iberia, pero ayer, el director general del grupo, Enrique Donaire, avisó a British Airways y a la sociedad de capital riesgo TPG –los líderes del consorcio interesado, en el que también están integradas las firmas españolas Vista Capital, Ibersuizas y Quercus– que lo suyo no va a ser, ni mucho menos, un paseo.

En una rueda de prensa celebrada en Estados Unidos, con motivo de la inauguración oficial de la ruta Madrid-Boston, Donaire aseguró que Iberia “no tiene prisa” en abrir sus libros al grupo de interesados, informa Europa Press.

Donde las cosas están adquiriendo verdadera celeridad es en la mesa de negociaciones abierta entre Iberia y American Airlines (AA) para la explotación conjunta de rutas entre España y Estados Unidos, en lo que supondrá una alianza similar a la existente entre la aerolínea española y British Airways.

Este acuerdo, que probablemente se extenderá a las conexiones europeas de Iberia y norteamericanas de AA, podría alcanzarse este mismo mes de junio, paso previo a la solicitud de autorización (antitrust inmunity) ante el Departamento de Transportes del Gobierno de EEUU. “En un par de semanas, se informará al mercado si se puede o no alcanzar un acuerdo con American Airlines, previo a la presentación ante las autoridades”, reveló el director general de Iberia.

El Gobierno norteamericano denegó en varias ocasiones, en el pasado, permisos similares al que solicitarán Iberia y AA, pero el acuerdo de cielos abiertos entre la Unión Europea y Estados Unidos, que entrará en vigor en marzo del próximo año, cambiará radicalmente el escenario de los vuelos en el Atlántico Norte. Iberia confía en que el Gobierno norteamericano dé el visto bueno a la petición entre enero y febrero de 2008.